Mi primera maratón en Berlín con las Nike VaporFly NEXT% Pink Blast

Muchos me preguntan, cuando me ven cada día salir a correr, de dónde saco la fuerza de voluntad, la constancia, la disciplina. Yo creo que no es nada de eso, creo que es mi pasión, lo que me hace feliz, con lo que me siento vivo. Donde me encuentro en plenitud y por todo ello cada vez que salgo a entrenar se convierte en el mejor momento del día (sobre todo si salen bien).

Pues después de tres meses y 1000 km me disponía a emprender el viaje a Berlín, maleta preparada (llena de ilusiones y de Nike, que viene a ser palabras sinónimas). Llegamos al aeropuerto con tiempo  y además el vuelo está retrasado, por lo que es imposible llegar a la Nike Store de Berlín a tiempo para disfrutar del #homeofrunning. Llegamos sin problemas al hotel y nos disponemos a descansar. Los nervios hacen que el descanso no sea como en casa, pero me levanto con ganas de moverme y como siempre que llego a una ciudad, me gusta correr un rato al amanecer. Y así es, aprovechando la cercanía del muro de Berlín, lo recorro con un trote agradable y saludando a los otros runners, que también disfrutan de la fría mañana del sábado. Berlín este finde se convierte en la fiesta del running, y se nota por cada rincón de la ciudad. 

Después de la ducha y un desayuno de lujo en el hotel, me reúno con Iva, embajadora de Top4Running. Nos vamos a Nike Store, donde nos enseñan las últimas novedades tanto de material como de recuperación. La tienda está repleta, las nuevas Nike ZOOMX VAPORFLY NEXT% PINK BLAST vuelan de un lado para otro, y no es extraño, porque son preciosas.

Disfrutamos de una activación con los chicos y chicas de Nike, concluyendo con una puesta a punto en sus maravillosas instalaciones, con crioterapia, botas de recuperación y muchas más.

Al terminar tomamos una carga de hidratos y proteína y nos dirigimos en la furgoneta de los amigos de Nike hacia la feria del corredor, donde Top4Running habían montado una stand con todas las novedades. No podías parar de mirar todas esas maravillas, incluso podrías probar tu velocidad o ver cómo era tu pisada.

Al recoger el dorsal y ver todas esas caras llenas de ilusión, tu cuerpo te dice que no te relajes y te concentres en hidratarte bien y que descanses todo lo que puedas. Mañana es el gran día. Pero al encontrarme con la mascota, no puedo evitar saltar y abrazarme a ella. Con una gran sonrisa me despido de ella y nos vamos a cenar temprano para poder ir al hotel, preparar el dorsal, comprobar la batería de reloj, geles de cortesía de Maurten, colocar chip y a la cama para descansar para lo que se avecina.

Llegó el gran día. A las seis menos 20 suena el despertador. Somos los primeros en el desayuno que abre a las 6. No hago ningún invento y como lo de siempre. Volvemos a la habitación a ultimar detalles, repasar la estrategia (salir controlado sin excederme, hidratación cada 5km, geles cada 10…) y vamos que nos esperan abajo para ir a la línea de salida. Berlín está repleta de corredores, cada uno lleno de ilusiones y motivaciones para llegar a meta, a esa gran meta de la Puerta de Brandemburgo. Hay corredores de cada uno de los rincones del planeta, es una locura. Entramos en el parque, dejamos la bolsa y a la calentar. Ya no queda nada y una sonrisa llega a mi cara al entrar al cajón. Todo está listo para demostrar lo que vales.

Salgo mirando el reloj, intentando encajar mi ritmo, y me encuentro al lado de Nils (el "jefe" de #thespeedproject) y Eugen Fink (el crack de #kraftrunners). Como soy muy fan de ellos, me digo que no me voy a ver en otra así. No miro más el reloj y hasta que vaya cómodo aguanto con ellos. Pasa el 10, voy bien y sigo. Pasamos la media y sigo bien, pero con un tiempo que no me esperaba. Vamos demasiado rápido y pienso seguir hasta el 25 y los dejo marchar. A partir del 25 me voy descolgando poco a poco hasta que en el 30 los pierdo de vista. Sin esa visión empiezan a flaquear las fuerzas a lo que se une la lluvia y el viento, además de la soledad y la falta de sentimiento de equipo que me había dado estar tan cerca de ellos. Empiezo a sufrir pero llega el 35 y voy para marcón, así que me animo, pero las fuerzas están más que justas. Quedan 2km para el punto de encuentro con los míos y me reservo para tener una sonrisa y que no se preocupen. Paso por ese maravilloso punto, donde no paran de animarme y me vengo un poco arriba. Ya no queda nada, ya estoy seguro de que llego a meta cueste lo que cueste. Pero llega el 39, me resbalo y mi abductor se resiente. Tengo que parar, ando para no perder tiempo, pero me duele. Voy intentando correr-andar pensado que se me pasaría, pero me duele. Con todo esto llega el 41 y pienso que ya está todo listo. Con lo que me queda corro hacia meta. Tiempo final 2.54. Feliz, muy feliz.

¿Qué es lo próximo? ¡Solo #Top4Running lo sabe!

Un maratón es un fin de semana y 195 metros.

Chemi (@_runnersinlove_)